ABAJO LA LEY 31973: “LEY ANTIFORESTAL”
El mundo se calienta climáticamente a cada paso, las protestas por defender la naturaleza crece por todo el globo; sin embargo, a nuestros políticos en el Perú no les importa el medio ambiente, no les importa privatizar el agua, etc. solo les interesa sus bolsillos y mantener este sistema capitalista en crisis.
La crisis política que vive el país no tiene cuando acabar, ahora el Gobierno en complicidad con el Congreso corrupto, dicho sea de paso ambas instituciones con altos índices de desaprobación popular, aprobaron y llevan adelante la línea política para deforestar nuestra amazonia. Una deforestación que se da en el marco de una crisis ambiental que vive el mundo, un calentamiento global que amenaza con destruir nuestra casa mayor: el planeta. En juego está la supervivencia de la especie humana.
Modificaron la ley forestal, no era la mejor ley pero mínimamente protegía algunos criterios de flora y fauna de nuestra amazonia. Dicha Ley, la 31973, ley antiforestal o ley Soto-Cerrón, permite la apropiación de tierras sin control para cualquier persona; por ejemplo, ahora los taladores ilegales serán formales, fomentan la tala indiscriminada de millones de hectáreas de la AMAZONIA bajo una falacia de formalidad. No obstante, esta Ley es sólo una partecita del problema de fondo que genera este desprestigiado Congreso, ya que, este poder del Estado promulga leyes a cada semana en favor de la actual clase política; por ejemplo, aprobaron el regreso a la Bicameralidad y la reelección congresal, sin tomar en cuenta el referéndum del 2018; y ellos son los mismos que votaron la ley antiforestal.
Esta política antiforestal se zurra en el principio democrático de la consulta previa para la zonificación forestal; consulta que se tiene que realizar a los cientos de pueblos originarios que por miles de años habitan en dichos territorios. Ha este gobierno, que administra el Estado, poco o nada le importa las voces del pueblo. No obstante, esta política antidemocrática hace parte del sistema económico, de los empresarios, de los neoliberales, de los partidos de la derecha servidores de los ricos.
A nuestra clase política les conviene un país en desorden, un país desorganizado, porque eso son las condiciones necesarias para seguir enriqueciéndose con nuestros recursos naturales, con nuestra amazonia. Es necesario un Ordenamiento Territorial (OT) para saber dónde hacer tala y donde no, donde hacer minería y donde no. Pero como a nuestra clase política no les importa ordenarnos territorialmente, hacen de nuestro territorio su chacra. Una OT permitiría organizarse territorialmente, en la ciudades organizarnos urbanamente, en las provincias organizarnos bajo un Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Debemos derogar la Ley antiforestal; no obstante, debemos ir más allá, cambiar el régimen político en favor de la amazonia, alcanzar un Ordenamiento Territorial vía Asamblea Constituyente donde se priorice en una Nueva Constitución, las leyes necesaria al servicio de la flora y fauna, al servicio de la vida de la personas, al servicio de cuidado del agua, al servicio de nuestras comunidades originarias, etc.
Y para cumplir con la demanda de la derogación y una Nueva Constitución que proteja nuestra amazonia debemos estar organizados y movilizados. Si y solo si, sin luchas no hay victorias. Hoy tanto el poder ejecutivo como el legislativo gobiernan contra el pueblo, es por ello que, para detener la arremetida de esta clase política corrupta debemos de luchar intensamente contra sus operadores y, al mismo, tiempo construir unitariamente una alternativa de cambio y transformación que se proponga ser un gobierno del pueblo y los trabajadores.
Escribe: Enrrique Rodriguez Fretel