UCRANIA – PALESTINA | EN SOLIDARIDAD CON LAS LUCHAS POPULARES CONTRA LAS AGRESIONES IMPERIALISTAS, POR LA LIBERACIÓN DE LOS PUEBLOS Y LA SALVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE
Declaración del Comité Internacional de la Cuarta Internacional adoptada el 25 de octubre 2023
1. Las contradicciones del capitalismo global siguen provocando guerras brutales y ocupaciones. Amenazados por la crisis económica y política, los gobiernos capitalistas, portadores de ideologías racistas, patriarcales e imperiales, construyen enemigos externos e internos, provocando guerras y continuando la opresión. Estos conflictos forman parte de la lógica global del capitalismo neoliberal, la lógica de la intensa competencia económica y política, del aumento de las desigualdades y del caos que provoca a todos los niveles. Las guerras a las que nos enfrentamos están vinculadas a la crisis mundial del capitalismo y a la precipitación resultante en los conflictos entre las potencias imperialistas rivales.
2. Desde el 24 de febrero de 2022, con la invasión rusa a gran escala de Ucrania, cuyo objetivo es la subyugación total de Ucrania, el imperialismo ruso dirigido por Putin dio un salto cualitativo en su guerra contra los pueblos, contra todos los que se oponen a su proyecto colonial autoritario y «gran-ruso». Con su resistencia, el pueblo ucraniano logró contener la invasión, pero la guerra de Putin significa una guerra prolongada, que trae muerte, destrucción de ciudades e infraestructuras, desplazamiento de poblaciones, ecocidio y crímenes de todo tipo por parte del ejército invasor.
3. El Estado israelí ha transformado Gaza en un nuevo y enorme gueto. Desde el 8 de octubre de 2023, utilizando como pretexto los ataques de Hamás, el Estado israelí hace llover fuego sobre la Franja de Gaza al tiempo que priva totalmente de recursos exteriores a los palestinos que viven allí y aumenta la violencia también en Cisjordania. El colonialismo israelí, hoy dirigido por Netanyahu y su coalición de extrema derecha, ha alcanzado una nueva etapa cualitativa en su proyecto destinado a aniquilar y expulsar al pueblo palestino de su territorio. Este proyecto está en el corazón del colonialismo israelí, es un proyecto de violencia extrema que cuenta con el apoyo activo de los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea.
4. El nuevo asalto del Estado israelí contra el pueblo palestino ha suscitado protestas en gran parte del mundo. Las potencias occidentales y gran parte de los medios de comunicación dominantes califican el nuevo asalto israelí de «guerra contra el terrorismo» y de respuesta al ataque de Hamás y sus aliados del 7 de octubre. Durante este ataque, que rompió el muro físico de la represión colonial y sorprendió al ejército de ocupación, Hamás también cometió asesinatos inaceptables de civiles. Rechazamos resueltamente tales crímenes como actos contrarios a nuestro proyecto emancipador. Pero a diferencia de quienes utilizan un «doble rasero», nosotros, como hace la izquierda israelí, podemos ver cómo esa violencia se origina en un contexto de opresión extrema.
5. La invasión rusa de Ucrania y la ocupación israelí de Palestina son diferentes en muchos aspectos, pero en ambos casos la Cuarta Internacional se guía por el principio de apoyo al derecho de autodeterminación de los pueblos. Rechazamos cualquier forma de campismo que favorezca a una potencia imperialista en detrimento de otra o que reduzca la política revolucionaria a cálculos geopolíticos. Por el contrario, nos basamos en la solidaridad con los pueblos y sus luchas, aunque hoy los pueblos estén dirigidos por fuerzas burguesas y/o reaccionarias. Las clases dominantes se niegan a reconocer el derecho de los pueblos a la autodeterminación e intentan reprimir toda resistencia. Pero esta represión se enfrenta a una resistencia decidida. Apoyamos la lucha del pueblo ucraniano y la de la oposición rusa y bielorrusa para derrotar al régimen criminal de Putin y obtener la retirada de las tropas rusas como única vía para lograr una paz justa y duradera. Del mismo modo, apoyamos la resistencia del pueblo palestino y reconocemos que sólo el fin del colonialismo israelí puede poner fin a la violencia.
6. En distintas partes del mundo se están produciendo situaciones de guerra en las que potencias opresoras niegan los derechos de los pueblos y las minorías nacionales. Por ejemplo, la reciente ofensiva militar del régimen azerbaiyano provocó la expulsión de más de 100.000 armenios de Nagorno-Karabaj. Esta ofensiva se llevó a cabo en colaboración con el régimen turco de Erdogan, que sigue librando una guerra propia contra los kurdos en Turquía y Siria mientras amordaza constantemente a cualquier oposición progresista en Turquía. En otros lugares, Cachemira sigue siendo víctima de la opresión colonial de India y Pakistán. Arabia Saudí ha librado una guerra atroz en Yemen durante los últimos años, con el apoyo de armas occidentales, francesas en particular.
7. De forma cínica, los regímenes de Pakistán, Arabia Saudí, Turquía, Iran y otros pretenden ser amigos del pueblo palestino. Intentan instrumentalizar la simpatía mundial por la causa palestina para legitimar sus regímenes represivos mientras se niegan a prestar un apoyo real y significativo a la autodeterminación del pueblo palestino. Igualmente hipócritas son los gobiernos occidentales que pronuncian una noble retórica sobre la democracia y la autodeterminación en relación con Ucrania, pero que simultáneamente persisten en su cooperación y apoyo al colonialismo israelí ignorando todas sus violaciones del derecho internacional. Mientras tanto, el gobierno chino reclama el liderazgo sobre el «sur global» al tiempo que apoya regímenes opresivos como la dictadura asesina de Myanmar.
8. El imperialismo estadounidense, que sigue siendo el principal imperialismo del mundo, ha aprovechado la guerra rusa contra Ucrania como una oportunidad para fortalecerse. Parte de ello es su intento de instrumentalizar a Ucrania en su rivalidad interimperialista con Rusia. La OTAN ha aprovechado la oportunidad para ampliarse y los Estados miembros de la OTAN están utilizando la invasión rusa como pretexto para aumentar masivamente sus presupuestos militares. Exigimos la disolución inmediata de la OTAN y la OTSC. Estos bloques militares de Estados imperialistas son enemigos de la emancipación social y nacional.
9. El Estado francés ha librado su propia «guerra contra el terrorismo» en el Sahel africano, una guerra que no ha resuelto ningún problema. Esta guerra francesa ha provocado una respuesta antiimperialista entre los pueblos de Malí, Burkina Faso y Níger, respuesta que ha sido utilizada por aventureros militares para hacerse con el poder mediante golpes de Estado que no ofrecen ninguna perspectiva de alternativa progresista. En Sudán, los militares golpistas están librando una guerra contra sus propios pueblos que desafían su poder.
10. Este mundo de militarismo y guerras, de uso de armas prohibidas por las convenciones internacionales, de negación de los derechos fundamentales, en particular los de las mujeres, y de masacres de civiles; este mundo de refugiados empujados por las clases globales y dominantes que se niegan a abordar la crisis climática, este mundo parece estar perdiendo todo sentido. Lamentablemente, esto no es nuevo: en décadas anteriores se han producido guerras en Irak, Afganistán, Chechenia, Siria y otros lugares. Pero la situación parece aún más difícil hoy en día: una lógica catastrófica de «choque de civilizaciones» está siendo implementada tanto por los llamados gobiernos «occidentales» como por los de Putin y Xi Jiping. Esta lógica sirve de trampolín a la extrema derecha racista y sexista, en auge en todas partes. En un momento en que la emergencia climática nos tiene cogidos por el cuello, se despilfarran preciosos recursos en guerras de agresión y ocupación.
11. Y, sin embargo, asistimos a una aspiración masiva en todo el mundo por la dignidad y la defensa de los derechos fundamentales, por la justicia democrática, social y medioambiental, y por la protección del medio ambiente. Movimientos populares contra la dominación imperialista y colonial, movimientos feministas, movimientos por los derechos LGBTIQ y de las minorías, movimientos medioambientales, movimientos por los derechos sociales. Frente a las guerras actuales, necesitamos urgentemente volver a tomar la ofensiva a través de los movimientos de masas. La paz sólo puede ser justa y duradera si pone fin a la opresión, la ocupación y el militarismo. Esto significa rechazar cualquier lógica de reparto de zonas de influencia entre bloques militares, ¡ni OTAN ni OTSC! La paz sólo puede ser justa y duradera si es antiimperialista; si es democrática, respeta los derechos de todos y asigna los medios necesarios para soluciones ecológicas. Lo que urge es la movilización de todas las energías, inteligencias y medios a escala mundial. ¡Necesitamos una transición ecosocialista para satisfacer las necesidades fundamentales de los pueblos de todo el mundo!
12. Frente a la barbarie de la guerra, debemos movilizarnos en solidaridad concreta desde abajo, con los pueblos que luchan por sus derechos, con total independencia de los gobiernos, las potencias mundiales o regionales y las fuerzas políticas reaccionarias. Insistimos en la universalidad de principios como el derecho a la autodeterminación y el derecho a resistir, ya sea en Ucrania, en Palestina o en cualquier otro lugar. Apoyamos la resistencia contra los oligarcas y los capitalistas dondequiera que operen y no nos hacemos ilusiones con las direcciones reaccionarias y de derechas. Apoyamos la lucha contra la agenda ultraliberal del gobierno de Zelensky y contra su alineamiento con el imperialismo estadounidense. Condenamos la visión reaccionaria del mundo de Hamás y rechazamos sus tácticas criminales. No olvidamos cómo la represión de las fuerzas progresistas favoreció las fuerzas fundamentalistas religiosas como Hamás.
13. Hoy debemos hacer todo lo posible para movilizar un movimiento mundial masivo de solidaridad con el pueblo palestino, junto con sus aliados en Israel. El pueblo palestino está aislado y ocupado, se defienden solas sin apenas apoyo material del exterior. Esto hace que nuestra solidaridad sea aún más necesaria. Debemos impedir la expulsión de personas, la «limpieza étnica» del pueblo palestino por parte del Estado israelí y una segunda «Nakba», exigimos el fin inmediato de los bombardeos y el bloqueo en Gaza, un alto el fuego y ayuda humanitaria. Exigimos la liberación de los presos de todos los bandos. Nos solidarizamos con la sociedad civil palestina y apoyamos su llamamiento a fortalecer el movimiento BDS (Boicot Desinversion Sanciones).
13. Nuestro objetivo es una solución política que ponga fin a la colonización y garantice el derecho al retorno de los expulsados y la igualdad de derechos de las personas de todos los orígenes sobre la tierra. Las movilizaciones en solidaridad con Palestina se enfrentan a grandes obstáculos, como la retórica destinada a aislar las movilizaciones y las fuerzas que las construyen, y en otros países la represión física de las manifestaciones y otras expresiones de solidaridad. A pesar de esa represión, el movimiento de solidaridad con Palestina continúa y, al superar esos obstáculos, los movimientos también luchan por la democracia en sus propios países.
14. Sabemos que Hamás u otras fuerzas fundamentalistas religiosas no serán aliados en la búsqueda de una solución palestina progresista. La idea de que el pueblo palestino puede lograr su emancipación nacional mediante una derrota militar del Estado israelí, un Estado con una superioridad militar abrumadora, es quimérica. En un contexto de Oriente Medio formado por un mosaico de pueblos y minorías, la paz sólo es posible mediante la emancipación democrática de todos.
La solución a las actuales crisis mundiales sólo puede venir a través de la movilización internacional de masas de los trabajadores contra la ocupación imperialista, por el derecho de los pueblos a la autodeterminación, contra la restricción de las libertades democráticas, y por la solidaridad concreta, incluida la solidaridad humanitaria.
Corresponde a las organizaciones del movimiento obrero y a los movimientos populares movilizar a un amplio sector de la clase obrera y las oprimidas para que contribuya a estas movilizaciones internacionalistas, establezca vínculos concretos con las organizaciones de los oprimidos y cambie la relación de fuerzas a escala mundial.
Fin de los ataques israelíes contra el pueblo palestino, ¡alto el fuego ya!
¡Tropas rusas fuera de Ucrania!
Disolución de la OTAN y la OTSC